¡Buenos días chicuelos! Oficialmente os vais a quedar con ese saludo porque me sale del pistacho. Es demasiado pronto para tener las neuronas funcionales y todavía no me he tomado un café así que no sé qué va a salir de esto, solo puedo deciros que el libro que os traigo me ha gustado más que mojar el chusco pan en la salsita de las albóndigas, y casi tanto como una buena cervecita a la solana, ahora que podemos.
- S I N O P S I S -
Tomar la decisión de ser valientes nunca puso tanto en juego. Ella es impulsiva, alocada y rebelde por naturaleza. Él es responsable, intenso y comedido. Ella sueña con reencontrarse y, al mismo tiempo, está loca por salir corriendo sin rumbo. Él solo quiere dedicarse al trabajo que tanto le llena y entender algo. Entenderla a ella. Ella vuelve al camping en el que veranea su familia desde siempre con la esperanza de encontrar paz. Él está en el camping de su familia disfrutando de sus vacaciones y una paz que va a acabarse con su llegada. Ella se llama Victoria Corleone León. Él es Adam Lendbeck Acosta. Y juntos... juntos pueden serlo todo. O nada.
Cherry Chic, es la escritora que nos va a acompañar hoy, y aunque se llama Lorena, su seudónimo es trescientas veces mejor y no sólo porque me recuerde a una canción de las Runaways, que también. Llevaba meses sintiéndome acosada por las portadas de esta ¿bilogía? Y le meto dos interrogaciones como una catedral porque en realidad son libros autoconclusivos, pero vienen en un pack de dos, como el Carrefour y las latas de sardinas.
Tú, yo y la gran idea de ser valientes nos cuenta una historia a la orden del día. Realista, cercana y llena de personajes que me han robado el sueño, literalmente, porque no podía parar de leer. Vamos que me lo he comido de una sentada. Un día entero con los ojos pegados a sus páginas, que no se me han cuarteado las córneas de puro milagro. Hacía mucho tiempo que un libro no me creaba tanta adicción, y es que todos sabéis que soy una loca de los personajes chungos ¿no? Pues… ¡Sorpresa, mijos! Esta vez no hay mucho de eso y aún así casi me cago del amor. ¡Con premisa que vamos!
Victoria León Corleone, nuestra fémina en cuestión, es una crack. Así, del tirón. Me ha recordado muchísimo a mi cuando era joven y no solo porque sus melenas disfruten de colores fantasía a diestro y siniestro, sino por su espíritu. Lo real, libre, salvaje y humana que es. Vic es influencer, si, como leéis. Es la Gigi Vives de la literatura. Con sus veintitrés añitos tiene toda una legión de seguidores y vive de promociones y de lucir palmito. Pero no todo es tan bonito como lo pintan ¿verdad? Su personaje me ha flipao’ porque yo, que trabajo en departamentos que tienen mucho que ver con ese mundillo, he visto reflejada una realidad de la que nadie habla. Y estoy trescientos por ciento convencida de que todo el que lea esta novela va a sentirse identificado, en mayor o menor medida. Y si no es así, os juro que me corto las greñas, vaya que si. Me paso la podadora hasta dejarme más suave que la calva de mi primer novio.
Adam Lendbeck, si buscas la palabra adorable en el diccionario, es altamente probable que te salga su cara. Este chaval es como el mejor amigo buenorro que toda quiere tener en la adolescencia. El chaval que madura igual de bien que el vino y con los años se pone más sabroso. Currante como él solo, carismático, misterioso, leal y con un corazón que no le cabe en el pecho. Estoy hasta el pistacho de deciros que me van los chicos malos, pero no soy estúpida. A cierta edad, tus prioridades cambian, y aunque me sigue encantando la chulería y la escasez de pelos en la lengua, valoro como la que más una mente adulta que estabilice. Ese es Adam. Un talentoso fotógrafo con una carrera excepcional y una sensibilidad que emociona. No sólo me ha ganado por todo lo mencionado anteriormente, es que su personaje está tan bien cuidado, con tanto mimo y tanto realismo que prácticamente me han dado ganas de encargar uno por Amazon. Poder disfrutar de su metamorfosis, de como ha ido aceptando todos esos sentimientos y abriéndose a ellos ha sido fantástico.
Tú, yo y la gran idea de ser valientes nos cuenta una historia a la orden del día. Realista, cercana y llena de personajes que me han robado el sueño, literalmente, porque no podía parar de leer. Vamos que me lo he comido de una sentada. Un día entero con los ojos pegados a sus páginas, que no se me han cuarteado las córneas de puro milagro. Hacía mucho tiempo que un libro no me creaba tanta adicción, y es que todos sabéis que soy una loca de los personajes chungos ¿no? Pues… ¡Sorpresa, mijos! Esta vez no hay mucho de eso y aún así casi me cago del amor. ¡Con premisa que vamos!
Victoria León Corleone, nuestra fémina en cuestión, es una crack. Así, del tirón. Me ha recordado muchísimo a mi cuando era joven y no solo porque sus melenas disfruten de colores fantasía a diestro y siniestro, sino por su espíritu. Lo real, libre, salvaje y humana que es. Vic es influencer, si, como leéis. Es la Gigi Vives de la literatura. Con sus veintitrés añitos tiene toda una legión de seguidores y vive de promociones y de lucir palmito. Pero no todo es tan bonito como lo pintan ¿verdad? Su personaje me ha flipao’ porque yo, que trabajo en departamentos que tienen mucho que ver con ese mundillo, he visto reflejada una realidad de la que nadie habla. Y estoy trescientos por ciento convencida de que todo el que lea esta novela va a sentirse identificado, en mayor o menor medida. Y si no es así, os juro que me corto las greñas, vaya que si. Me paso la podadora hasta dejarme más suave que la calva de mi primer novio.
⌗ Estoy segura de que has soñado con esta lengüita y su veneno en más de una ocasión. Confiesa, Lendbeck. ¿Cuántas pajas han caído pensando en mí antes de fumarte el cigarrito de la victoria?
Adam Lendbeck, si buscas la palabra adorable en el diccionario, es altamente probable que te salga su cara. Este chaval es como el mejor amigo buenorro que toda quiere tener en la adolescencia. El chaval que madura igual de bien que el vino y con los años se pone más sabroso. Currante como él solo, carismático, misterioso, leal y con un corazón que no le cabe en el pecho. Estoy hasta el pistacho de deciros que me van los chicos malos, pero no soy estúpida. A cierta edad, tus prioridades cambian, y aunque me sigue encantando la chulería y la escasez de pelos en la lengua, valoro como la que más una mente adulta que estabilice. Ese es Adam. Un talentoso fotógrafo con una carrera excepcional y una sensibilidad que emociona. No sólo me ha ganado por todo lo mencionado anteriormente, es que su personaje está tan bien cuidado, con tanto mimo y tanto realismo que prácticamente me han dado ganas de encargar uno por Amazon. Poder disfrutar de su metamorfosis, de como ha ido aceptando todos esos sentimientos y abriéndose a ellos ha sido fantástico.
⌗ Ah. No. Espera. Me está abrazando. ¿Me está abrazando? ¿Y qué pasa con la pelea? Frunzo el ceño y le devuelvo el gesto, porque el día que yo no le devuelva un abrazo a Victoria Corleone León será porque me han amputado los brazos.
El resto de personajes, porque señores, me niego en rotundo a llamarlos secundarios, son la guinda del pastel. Jamás había leído nada en el que la historia perdiese sentido sin los principales no tuviesen acompañantes y es que, en este caso, es así. Tanto los Acosta como los León son dos grandes, grandísimas familias. Victoria tiene tantos primos y tíos que no he sido capaz de aprenderme todos los nombres, pero lo mismo me ha pasado con los Corleone. Desde luego, mis secundarios predilectos han sido Ethan Corleone y Julieta León. Me he descojonao' de risa con los dos. Real. Lagrimones me caían con sus diálogos. Mataría por leer una historia con Eth como protagonista. Lo mismo está, y yo que soy así de parguela no me he dado cuenta. Pero investigaré sobre ello. Al resto, a Diego, Marco, Erin, Nate, Esme, Amelia, Einar, Javier, Sara, Emily, Alex, Björn... todos y cada uno de ellos han hecho que esta historia cobre magia. Vamos, que casi me han dado ganas de ponerme a fabricar bebés como una condenada, o al menos, a practicar para que me salgan igual de geniales.
Si queréis adentraros más en su historia, tenéis una saga llamada Sin Mar, de Cherry Chic, que empieza contando la vida Julieta, la madre de Victoria. Yo todavía no he hincado los dientes en ellos pero no tardaré demasiado. Esta magnífica familia ya forma parte de mi TOP 10. Los quiero a todos.
¿Conclusión? Cherry Chic se acaba de convertir en una de mis escritoras nacionales de elección asegurada. La frescura de su historia, el realismo que le mete, los personajes tan sumamente reales, la trama con un argumento tan fresco y a la orden del día como lo ha sido Tú, yo y la gran idea de ser valientes, han hecho de esta lectura una fantasía. Pocos libros han conseguido hacerme llorar, pero llorar de verdad, de moquear como Boo-Chan y tener que parar porque las gafirulis se me empañaban. Una novela magnífica y cargada de sentimiento, superación y valentía.
¡Hola! Me alegro de que hayas disfrutado tanto de este libro. Yo a pesar de que no me canso de ver reseñas que ponen sus libros por las nubes, todavía no me atrevo a probar la pluma de la autora, así que en esta ocasión lo voy a dejar pasar.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Parece que esta serie de historias de libros que recomiendas es buena para leer. Gracias por su recomendación. Saludos desde indonesia
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarNo he probado con esta autora, pero me sentía dudosa ante esta bilogia y acabas de convencerme que la tengo que leer, no digo más
Un bes💕
¡Hola!
ResponderEliminarTengo mil ganas de leer este libro porque solo he leído uno de Cherry Chic y me gustó, así que ojalá conseguirlo pronto.
Me quedo por tu blog, que es precioso <3
Un beso !
¡Hola! No paro de leer opiniones positivas de los libros de esta autora, así que me está picando un poco el gusanillo. En principio no me llamaba mucho la atención esta bilogía, pero puede que me anime más pronto que tarde.
ResponderEliminarMe quedo por aquí. ^-^
¡Besos!